Novata en TRND

Hace unas semanas encontré una página llamada trnd . Trnd es una comunidad donde sus miembros pueden apuntarse y participar en proyectos y, a partir de estos, tienen la posibilidad de probar nuevos productos. Si eres seleccionado, recibes en casa el producto y puedes probarlo todas las veces que quieras.
Una vez lo pruebas, puedes dar tu opinión sobre qué te ha parecido, si te gusta y lo quieres recomendar a más personas, si podría mejorar... ¡Lo que quieras! Una opinión totalmente libre.

Si tenéis ganas de probarlo, entrad aquí:

Os registráis y os apuntáis al proyecto que más os guste.

A mí el lunes me llego esto:

• Champú Hidrata y Repara Nature Fusion® de Pantene


• Acondicionador Hidrata y Repara Nature Fusion® de Pantene


• 8 muestras de Champú y Acondicionador para recomendarlo a quien yo quiera y 10 cupones de descuento de 1€ para cualquier producto de Nature Fusion®

Además de un manual de investigación, una guía sobre el proyecto y una carta.

El nuevo champú Nature Fusion® está hecho con complejo de Cassia, que ofrece una protección por los posibles daños por el peinado y cuidado al cabello, además de brillo.

Yo (y toda la familia) desde antes de ayer lo estamos utilizando. Me gusta mucho la suavidad que deja en el pelo y el olor, que dura unas horas después del lavado.

:)

El peor invento el mundo

Desde siempre he tenido problemas con los despertadores. De pequeña todavía no lo sabía. Era mi padre quien me levantaba cada mañana, me vestía y me llevaba hasta la cocina para desayunar. Si acababa rápido, podía ir al sofá a continuar durmiendo o a ver la tele, hasta que mi padre salía del baño y tenía que ir a lavarme la cara y peinarme.

Fui creciendo y llegó ir a la ESO. Aquí también me despertaba mi padre, y algunas veces mi hermana, los días que entraba a la misma hora que yo, e íbamos juntas.
En bachillerato, aprendí a dormir sólo los fines de semana. Jajajajaja. En verdad, no sé cómo lo hacía para levantarme tan pronto para estudiar (sólo algunas veces, yo soy más de quedarme hasta las tantas para estudiar y levantarme para ir al examen). Por el estrés, los nervios, las ganas de salir de aquél sitio, yo que sé. El caso es que me levantaba muy pronto.

Había días (o más bien todos), que me ponía un despertador de aquellos antiguos, de los buenos, esos que asustan cuando quieres probar cómo suena la alarma. Lo colocaba en la otra punta de la habitación, para así tener que levantarme de la cama a pararlo, sino no había manera.

El problema de ese despertador era el ruido, no sé si tiene algo que ver que fuera de cuerda, pero durante todo el día hacía un sonido horrible. Cada vez que la aguja de los segundos se movía se oía un “TOC” y lo peor es que el segundo se dividía en dos movimientos, era algo como: “TOC TOC” “TOC TOC”. Espantoso. Pero al tener tanto sueño ni lo oía, y al final me acabé acostumbrando.

Cuando hice la selectividad y empecé las queridas y ansiadas vacaciones lo guardé en el cajón para no oírlo, hasta que se le acabara la cuerda. Y todavía continúa ahí.

Triste y abandonado

Ahora todo es diferente. Las clases las tengo por las tardes, y rara vez me toca prácticas por la mañana. Por lo que la última en despertarse de casa soy yo. Y eso es un problema. Al principio estaba bien, me levantaba cuando quería y cuando me parecía me preparaba para ir a casa de mi abuela a comer y luego ir a clase. Pero siempre así, no se puede estar. No me gusta perder toda la mañana durmiendo, aunque me cueste, también me gusta madrugar.

Ahora para levantarme pongo el despertador del móvil. Y tengo un problema, no lo oigo. Bueno, si lo oigo, pero lo paro y me duermo (lo que pasa es que hay días que me acuerdo que lo he parado y he continuado durmiendo y otros no).

He probado todo, ponerlo en la otra punta de la habitación (no lo oigo), poner cantidad de horas para que suene (lo paro sin problemas las veces que sean) y nada. Sólo me queda cambiar la canción de la alarma. A ver si va a ser que mi cerebro se ha acostumbrado a la cancioncita y ya no responde.

Las horas en las que tiene que sonar la alarma. (No miréis raro, ya sé que algunos desearían despertarse a esas horas, jajajaja. Pero ya he dicho, tengo un problema (y las clases de tarde me lo han solucionado, ¡gracias! Jajajaja)

Me voy a dormir, y a ver a qué hora me levanto mañana u hoy (1:41, si también tendría que empezar a ir a dormir más pronto)

Ley de Murphy

No puede ser… Explico.

Siempre me ha gustado poner clips en los apuntes, grises, metálicos, de colorines, me da igual. Me parece cómodo poder juntar todas las hojas y si hace falta soltar una sin problemas.

Desde que me imprimo las diapositivas en la universidad ( ya tengo otra tarjeta… ), llevo clips en el estuche, y no me gusta hacer un montón de impresiones y después darme cuenta que se me han gastado todos.

Algunos apuntes del cuatrimestre pasado, todos con sus clips ^^.

Así que me fui a comprar una caja con clips de colorines y me encontré con una súperhipermegagrande caja y dije: ¡esto quiero yo!

Bien contenta me fui para casa después de saber que podía llegar hasta 4º de carrera sin tener que preocuparme por los clips.

Pero no.

Al día siguiente me preparé la tarjeta para imprimirme todas las diapositivas que me faltaban de clases anteriores. Mientras la máquina no paraba de trabajar, se me acercó una chica y puso unos apuntes en un pequeña ranura de la impresora y me dijo: ¡vaya, en esta tampoco hay! Y se fue.

Y después pasó todo.

Cuando la chica se fue, supe porque dijo que “en esta tampoco hay”. Pero, no hay, ¿el qué? Pues grapas. Mientras la impresora funciona, es como si se bloqueara la ranura para poner grapas y solo cuando finaliza te deja grapar lo que quieras.

Y ahí me apeteció. Quise poner grapas a los temas que había impreso.

El antes y el después de comprar la superhipermegagrande caja de clips.

No puede ser…

Nada que contar

Estos dias no tengo gran cosa que contar.
Y estoy cansada ya de algunas tonterias que pasan a mi alrededor...

En fin, otro día os explicaré algo, aunque sea una clase de fioterapia.

Jajajajaja... Que cansina estoy con la universidad, no? Bah!

Pero os quiero dejar un video que me ha pasado hoy un amiga.

No sé si lo habreís visto ya, pero me ha parecido muy bonito.




¡Qué paseís un buen comienzo de semana!

¡¡¡¡¡Está nevando en Barcelona!!!!!

En estos momentos tendría que estar en la universidad haciendo física, pero…

¡Menuda está cayendo en Barcelona!

Creo que es la primera vez que me ha pillado la nieve de camino para la uni casa. No veía nada, solo topos blancos. Hasta el paraguas se me ha caído por el peso de la nieve. Pero estaba todo súper bonito. Qué pena no haber llevado la cámara.

Jajaja… Después de tantas nevadas, por fin, cae algo por aquí.

Cabeza Hueca

Ayer, mi hermana me contó que una amiga y ella se estuvieron riendo en medio de una clase, cuando el profesor hablaba sobre el tipo de cefaleas (dolor de cabeza) que hay. Existen diferentes tipos, y una de ellas se llama sensación de cabeza hueca.

¿Y de qué se reían? Pues de mí, de quien va a ser.

Esto que voy a contar, había pensado no contarlo nunca. Pero ya, qué más da. Creo que ya no falta nadie más para saberlo.

Hace unos años, empecé a notar una sensación rara, como de mareo. No sabía cómo explicarlo (ahora tampoco, y todavía algunos días me ocurre). Me pasaba en zonas y momentos característicos, por la noche, a la salida del cine… Es una sensación que me angustia mucho, como si viese dónde estoy pero no fuera consciente. Bueno…

Pues después de que me ocurriera unas cuantas veces, me fui al médico para ver qué me pasaba. Debería tener unos 10 o 11 años. Fuimos al médico cerca casa, el que a mi padre le gusta como trata.

Una vez allí, mi padre le contó que me sentía como mareada, inestable, bla, bla, bla. Pero el médico me quiso preguntar a mí. ¿Qué sientes?

Y yo le dije: Me siento la cabeza hueca.

En el momento en que se echaron a reír me sentí peor. Como puede ser que se esté riendo en mi cara si vengo a contarle mis penas.



Desde aquél día siempre ha sido la gracia. Vale, es gracioso que una persona admita tener la cabeza hueca, pero no iba con el sentido que pensáis. Quizás no dije las palabras apropiadas.

En fin, que sí, que hace gracia pero cuando me pasa me acojono. Pero me ha hecho ilusión ver que existe algo así.

Eso sí, ahora cada vez que tengo que ir a ese medico lo miro con rencor. Aunque seguramente ya ni se acuerda. O eso espero.